viernes, 28 de noviembre de 2008

Dos mujeres apalean a un hombre en una pugna por quedarse con pescado de la basura

x

EVANGELIO Y VIDA


I Domingo de Adviento


30 de noviembre de 2008


EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 13, 33-37


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!
Palabra del Señor.

Este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico que se inicia, como siempre, con el Adviento. Es un tiempo para preparar el Nacimiento de Jesús en nuestros corazones. El pasaje del evangelio de, a partir de una comparación sacada de la vida cotidiana, invita a estar despiertos y atentos.

Los discípulos de Jesús tienen que estar atentos y preparados siempre. Se trata de una advertencia que sigue siendo actual para todos nosotros: ¡Velad! ¡Estad preparados! Este velad y vigilad va a ser el lema de este tiempo litúrgico. El Adviento recuerda y celebra las venidas de Cristo: ha venido, viene y vendrá. No es extraño que la primera recomendación sea la de estar en vela. Este vigilad de cada Adviento nos viene muy bien para salir de la rutina y aprovisionarnos de ilusión y ganas de cambiar. Porque sino estamos alerta, poco a poco se acaba la luz del evangelio y empezamos a vivir en la noche como si no hubiera venido Cristo. Pero él no solamente vino, sino que viene y vendrá. Y nos encomendó una tarea: construir el Reino de Dios. Las lecturas bíblicas en este tiempo nos hablarán de signos a los que debemos estar atentos para prepararnos a su venida.

En estos difíciles tiempos de crisis que atravesamos tenemos todo la tarea de ser apóstoles de la esperanza.

VEN SEÑOR JESÚS

Ven, Señor Jesús, pero no sólo de visita, ven y quédate con nosotros.
Ven, Señor Jesús, y acércate a nosotros. No te repugnen nuestras dolencias.
Ven, Señor Jesús, y cura nuestros males.
Ven, Señor Jesús, y comulga con nosotros.
Ven, Señor Jesús, alienta desde dentro nuestras vidas.
Ven, Señor Jesús a todas la cárceles y llénanos de paz y libertad.

jueves, 27 de noviembre de 2008

RECONOCIMIENTO A LA PROVINCIA TRINITARIA DE ESPAÑA SUR EN SEVILLA


El Cabildo de “Alfonso X el Sabio”, con motivo de la conmemoración de la conquista de Sevilla y el nacimiento de Alfonso X el Sabio, distinguió a la ORDEN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, Provincia de España Sur, con el PREMIO ALFONSO X EL SABIO 2008 en reconocimiento a su labor redentora a favor de los reclusos y su reinserción social. Esta distinción fue recogida por el Ministro Provincial de los Trinitarios de España Sur, P. Antonio Jiménez Fuentes, en un acto celebrado en la Capilla Real de la S.I. Catedral de Sevilla el pasado día 21 de noviembre.

El Presidente del Cabildo, D. Pedro Rodríguez Bueno, hizo una reseña histórica de la presencia de la Orden Trinitaria en la ciudad de Sevilla y de su labor redentora a lo largo de varios siglos, poniendo de manifiesto que la misión trinitaria se sigue desarrollando en la actualidad desde la Pastoral Penitenciaria y la reinserción social de los privados de libertad, por lo que la Orden Trinitaria se hacía merecedora de este reconocimiento del Cabildo Alfonso X el Sabio.

El P. Antonio Jiménez, Ministro Provincial, recogió la distinción de manos de D. Diego Gallardo Sánchez, Canciller del Cabildo. A continuación, dirigió unas palabras de agradecimiento por este premio, resaltando la misión redentora y liberadora que los trinitarios están desarrollando en la actualidad con su presencia en las cárceles desde la Pastoral Penitenciaria, con un claro objetivo de favorecer la reinserción integral de los privados de libertad, contando, para ello, con la Fundación Prolibertas de la Provincia trinitaria de España Sur.

Pedro Fernández Alejo
Ministro de la Casa de la Trinidad
Sevilla
Pinchar

jueves, 20 de noviembre de 2008

XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario. Jesucristo, Rey del Universo


23 de noviembre de 2008



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 31-46


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Palabra del Señor


COMENTARIO

Hoy las lecturas ponen ante nuestra mirada la figura de un rey-pastor que se desvive por su rebaño, que muere por él, para que tenga vida, y que conoce a cada una de sus ovejas. Así Jesús se nos presenta hoy en el Evangelio como el rey y juez, que, como el pastor que separa las ovejas de los cabritos, en su venida al final de los tiempos juzgara a todos según el amor que cada uno ha mostrado con los más pequeños.

Este es un día propicio para preguntarnos sobre el juicio final y sobre todo de cómo mira Dios nuestra vida. Es esta una pregunta lógica al final del año litúrgico y que el texto evangélico sobre el juicio final aclara. ¿Tendrá Dios un ordenador con una multitud de datos personales almacenados? ¿Organizará un lento proceso considerando y contabilizando pros y contras?...Nada de eso nos dice Jesús. La decisión nos desconcertará por lo breve, rápida y sencilla: “Tuve hambre y me diste de comer: pasa adelante”. Es decir nuestra vida depende de Mt. 25,40: “Cada vez que hiciste el bien con un hermano mío de esos más humildes, lo hiciste conmigo”.

Sólo por los caminos del servicio y la fraternidad se encuentra a Cristo Rey. Su reino no es mundo de gente que ayudar y de gentes que ayudan. Cada vez que servimos y amamos a alguien, escogemos a Jesús por rey. ¡Rey servidor! Rey de rodillas para lavar los pies a sus amigos. Rey roto y distribuido como el pan que se come. Rey coronado de espinas. Rey que vence a la muerte. ¡Rey de la vida!

Jesucristo se manifiesta como el rey universal que, rodeado de gloria, enfrenta a cada uno con las actitudes que conforman su vida. Jesucristo se manifiesta también encarnado en cada ser humano que sufre necesidad. Como a los cristianos a los que el evangelista se dirige, la Palabra de dios nos invita a salir de nuestros letargos mirando al futuro, en el horizonte del juicio, y viviendo el presente, comprometido con los hermanos más pequeños de Jesús.


PONME EN PIE

Yo sé que me quieres, Señor.
Endereza mis espaldas dobladas
como lo hiciste con la mujer encorvada.
Levántame, sostenme,
y dame coraje para levantar a otros.
Envíame tu Espíritu,
que tú fuerza salvadora
haga saltar en mí la fiesta.
Sólo así podré construir,
con mis hermanos y hermanas,
una comunidad nueva y salvadora.

jueves, 13 de noviembre de 2008

EVANGELIO Y VIDA

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario16 de noviembre de 2008
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-15.19-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Palabra del Señor.


COMENTARIO

Dar frutos según los dones recibidos

La “parábola de los talentos” del evangelio de Mateo nos recuerda que la vigilancia cristiana consiste en dar frutos según los dones que cada uno ha recibido mientras espera el retorno de Cristo. La parábola pretende exhortar a sus lectores a que aprovechen el tiempo presente mientras esperan sin miedo el juicio futuro. Hay que leer esta parábola desde la perspectiva de la fe en Jesús.
En el esquema de la parábola de los talentos, Jesús presenta dos actitudes contrapuestas. Por una parte, la del hombre que ha descubierto sus talentos y se arriesga y trabaja por la construcción del Reino de Dios. Por otra parte, vemos la actitud del perezoso que no es capaz de ver sus talentos y los entierra. Uno de sus personajes principales es el amo que se demora y retorna después de mucho tiempo, dejando así en evidencia el comportamiento de sus distintos criados. Así la realidad descubre lo acertado o no del comportamiento de los otros. Con esto el evangelista Mateo está insistiendo en que el Señor tarda en volver, pero su regreso es tan seguro como imprevisible.

Parábola de los talentos, una lección sobre los miedos

Podríamos decir que la parábola de los talentos es una lección sobre los dos miedos que hay en nosotros: un miedo bueno y otro malo. Lo esencial no es quedarnos en el miedo sino ver el dialogo del amo con el tercer criado, el asustado: “Señor, te conozco bien y tuve miedo; me fui a esconder en tierra lo que me habías confiado”. El drama parte de que no conocía bien a su amo. Y cae en el miedo malo, el que paraliza, el que lleva a las trincheras de la propia seguridad. Entonces se esconden los talentos personales y la vida languidece. Para el cristiano el único miedo posible es el de no hacer fructificar “los talentos” recibidos. Porque esperar el Reino de Dios es trabajar para que se realice. El servidor que escondió su talento representa al flojo, al indiferente que coloca su fe entre los recuerdos de familia, al cobarde que nunca se arriesga a tomar iniciativas útiles par todos. Además desde la experiencia personal profunda sentimos que la vida que se retiene egoístamente no es vida, es vida cuando se da. Sólo si aceptamos que el amo de esta historia es Cristo entenderemos a qué tipo de juicio nos veremos sometidos. Sólo así caeremos en la cuenta de que él no exige sin antes dar con abundancia. Sólo así dejaremos el miedo y viviremos el presente con el deseo de responder a la confianza que el Señor ha depositado en nosotros.

AYUDANOS CRISTO A RECONOCER NUESTROS TALENTOS

Ayúdanos, Cristo, Jesús a reconocer los bienes recibidos:
tuyo es nuestro cuerpo, su fuerza, su salud;
tuya la inteligencia, su habilidad y buen juicio;
tuya es nuestra memoria e imaginación creadora;
tuya es la voluntad de bien, y su capacidad amorosa;
tuya es la llamada a la fraternidad universal;
tuya es la voz y el esfuerzo de los profetas y soñadores;
tuya es la confianza, el amor, la esperanza en el progreso;
tuya es la Palabra de vida que recordamos y revivimos;
tuya es esta comunidad de hermanos dados por el Padre.


ANGEL GARCIA RODRIGUEZ
Trinitario

jueves, 6 de noviembre de 2008

EVANGELIO Y VIDA Presentación

A partir de esta semana abrimos en este blog una sesión dedicada especialmente al Evangelio del domingo que lleva por título “Evangelio y Vida”.

En la crítica hora de la crisis económica, de las angustias y depresiones, los cristianos que seguimos a Cristo, no tiramos la toalla. Con fe y con ilusión leemos el Evangelio y nos grabamos en nuestra mente y en nuestro corazón esas palabras de Jesús:

“Sabed que yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20).

Aquí podrás encontrar un comentario al Evangelio del domingo y otros materiales que te pueden ayudar a hacer vida el evangelio semanal.

Ángel García Rodríguez

XXXII Domingo del Tiempo OrdinarioLa Dedicación de la Basílica de Letrán 9 de noviembre de 2008

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
—Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
— ¿Qué signos nos muestras para obrar así?
Jesús contestó:
—Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
Los judíos replicaron:
—Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Palabra del Señor


REFLEXION

Esta escena representa para el evangelista Juan un buen resumen de toda la obra de Jesús. Gracias a Él tenemos una nueva relación con Dios, la de hijos con el Padre. Esta comunicación no era capaz de ofrecerla el culto judío, por eso ha quedado superado. Por eso al ver hoy Jesús la prostitución en que había degenerado el templo den Jerusalén, celoso de la casa de Dios, arremetió contra aquellos que habían echo un negocio en un lugar sagrado.

El evangelio de Juan trata de decirnos hoy que con Jesús se inaugura un tiempo nuevo en las relaciones del ser humano con Dios. Jesús reemplaza al templo antiguo y se auto representa como el verdadero templo, el verdadero lugar del encuentro con Dios.

Las lecturas de hoy nos plantean a los seguidores de Jesús un gran reto: ser capaces de construir un templo lleno de vida, de alegría, de ganas de vivir, de esperanza en el futuro, de confianza en el hombre y en sus posibilidades, un templo que transmita vida, que nos sanee las heridas del camino y nos devuelva con más capacidades para compartir y transmitir lo vivido. Construir un templo desde nuestras propias personas. Un templo desde nuestra fe en Dios y desde nuestro compromiso por formar una Iglesia, una comunidad cristiana aquí en la prisión.

La fiesta de esta celebración de la Basílica de Letrán nos lleva a acercarnos a la Iglesia, a amarla con toda nuestra alma y a comprometernos con ella. Por eso preguntémonos ¿Por qué cuando estaba en libertad no me acercaba a la Iglesia? ¿Son nuestras iglesias lugar donde nos encontramos con el Padre de todos? ¿Son nuestras celebraciones un encuentro con el Dios vivo de Jesucristo? ¿Es nuestra iglesia la casa del Padre en donde se vive, se celebra y manifiesta a todos la justicia, la verdad y la fraternidad?

Finalmente recordemos que nuestro culto a Dios ha de abrirnos al mundo, donde gimen nuestros hermanos oprimidos. No podemos presentar a Dios nuestras ofrendas, si nuestro corazón y nuestras manos no están también junto a los que sufren por cualquier causa.

ORACION

Señor, yo soy el templo que tú edificaste para venir y morar con el Padre y el Espíritu. ¡Y por mis errores y pecados, lo he convertido tantas veces en mercado y cueva de ladrones! Te ofrezco mi persona para que hagas de mí un instrumento de tu gracia y de tu paz
LA IGLESIA DE LETRÁN
La Iglesia de San Juan de Letrán se edificó sobre el lugar de residencia de Fausta, la esposa del emperador Constantino, y éste se lo regaló a los Papas para que vivieran en su palacio. Así lo hicieron durante muchos siglos, hasta que fue transformado en iglesia y catedral, dedicada el 9 de noviembre del año 324 al Salvador y luego en el siglo XIII, se le añadieron san Juan Bautista y san Juan Evangelista. En esta catedral se celebraron concilios entre los siglos IV y XVI. Hasta allí fue Juan de Mata, fundador de los Trinitarios y Francisco de Asís, fundador de los Franciscanos a solicitar del Papa Inocencio III en 1198 y 1210 la aprobación de las Ordenes de la Santísima Trinidad y la de los Franciscanos.

Ángel García Rodríguez
Trinitario

martes, 4 de noviembre de 2008

LA IGLESIA ANTE LA CRISIS


En el sistema capitalista no hay lugar para los pobres

Ese gigante de la crisis que de la noche a la mañana ha puesto en jaque a todo el sistema capitalista me lleva a recordar el anuncio profético del Papa Juan Pablo II. Él tras la caída del muro de Berlín y del sistema comunista nos invitó a que no pusiéramos toda nuestra confianza en el sistema capitalista que podría ser peor que el comunismo. Hoy después de casi veinte de años de la caída del muro de Berlín y tras las bonanzas económicas del capitalismo, nos damos cuenta que Juan Pablo II tenía su razón. Hemos dejado crecer libremente a ese duro capitalismo sin control de los Estados y sin sentimientos hacia los pobres. Los gobernantes y políticos se han arrodillado ante los libres mercados manejados por los bancos y las multinacionales que son los que tenían el capital. A la luz del Evangelio de Jesús y de la Iglesia, podríamos decir ante esta crisis económica que en el sistema capitalista no había lugar para los pobres sino sólo les quedaba recoger las migajas que caían de las mesas de los ricos. El sistema se puso en el lugar del rico Epulón de la parábola evangélica que banqueteaba y derrochaba los bienes mientras que su amigo el pobre Lázaro moría de hambre y se comía las migajas que caían de la mesa del rico Epulón. Ahora los banqueros como el rico Epulón, lloran y piden ayuda a los Estados y éstos últimos solucionan el problema entregándoles millones de euros pertenecientes a los ahorros y sacrificios de los ciudadanos. Historias de injusticia y de insolidaridad manejadas por los ricos sin sentimientos ante los pobres que se repiten a lo largo del tiempo.
El sistema ha tambaleado desde sus más hondos cimientos. Pero enseguida como si se tratara de un gran apagón, los Estados han sacado dinero de las piedras y han prendido de nuevo las luces del sistema capitalista. Como ciudadano de a pie me pregunto: ¿Cuánto tiempo durará la luz? ¿No correremos el riesgo de un nuevo apagón económico? ¿Están nuestros políticos preparados para enfrentar otro nuevo apagón? ¿Basta con confiar ciegamente en lo que los bancos quieran hacer libremente con nuestros ahorros?.

Son preguntas de difícil solución pero me alegra de que al final después de una larga trayectoria de dimes y diretes, Zapatero y Rajoy se pusieron de acuerdo. Ellos se dieron la mano y prometieron al pueblo que iban a trabajar unidos para ayudarnos a salir de esta crisis. Ojala que también los gobiernos regionales y locales sigan sus pasos. Estamos todos en crisis y desde el presidente, los diputados y los alcaldes tienen que darnos ejemplo a los ciudadanos de austeridad, servicio y solidaridad.

CARITAS es una respuesta de la Iglesia ante la crisis

Como ciudadano y cristiano de a pie escucho también en la calle a la gente preguntar ¿qué dice y que está haciendo la Iglesia por esta crisis? Y aquí he de reconocer que la voz de la Iglesia jerárquica aún no se ha pronunciado sobre esta complicada crisis que nos ha pillado a todos y afecta como a toda institución a la Iglesia. Pero la Iglesia sigue hablando con su silencio y servicio a las victimas de la crisis económica que son los pobres. Ahí está CARITAS y tantas instituciones de la Iglesia ofreciendo sus servicios de atención a los pobres, enfermos, emigrantes y marginados con sus escasos recursos económicos. Ahí siguen al pie del cañón tantos miles de misioneros españoles que no entienden de crisis económica sino de servicio y entrega en los países más difíciles y pobres del planeta.
También hay voces proféticas de la Iglesia que denuncian a los culpables del sistema capitalista por no haber previsto esta gran crisis que va a afectar a millones de pobres que sobreviven en los países del tercer mundo. Hace unos días escuchaba la voz del teólogo José María Castillo solicitando una manifestación de la Iglesia en torno a la crisis.

“LLAMA la atención que las autoridades de la Iglesia hablen tanto de algunas cosas y, sin embargo, de otros asuntos muy preocupantes para la gente, como es el caso de la crisis económica, no dicen ni palabra. Por supuesto, es arriesgado afirmar que el Papa, los cardenales y los obispos, no hayan dicho nada sobre un asunto del que todo el mundo habla con preocupación y con angustia. Sin duda que el Papa y los obispos han hablado del tema”.

La Doctrina Social de la Iglesia es una iluminación social a la crisis


Y claro que la Iglesia ha hablado y hablara de este tema de la crisis que preocupa a millones de personas. Pues con sus errores y aciertos, la Iglesia como ya señaló en el Concilio Vaticano II “participa de las alegrías, anhelos, penas y sufrimientos del hombre de hoy”. La misma Iglesia tiene toda una trayectoria de su Doctrina Social a través de la cual intenta iluminar desde el Evangelio los problemas sociales, políticos y económicos que afectan a la realización y dignidad de todas las personas y ciudadanos.
Finalmente pienso que la Iglesia no son solo el Papa, los obispos, los curas y las monjas como erróneamente muchos creen. La Iglesia somos todos los bautizados que soñamos en un mundo nuevo en donde el sistema capitalista no arrase a los pobres sino que les tienda esa mano de solidaridad que ellos necesitan. Por eso la Iglesia a la que algunos hoy ven callada y en silencio, es la Iglesia de Cristo que sigue sirviendo a los más pobres, victimas de esta gran crisis económica.


ANGEL GARCIA RODRIGUEZ