jueves, 13 de noviembre de 2008

EVANGELIO Y VIDA

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario16 de noviembre de 2008
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-15.19-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Palabra del Señor.


COMENTARIO

Dar frutos según los dones recibidos

La “parábola de los talentos” del evangelio de Mateo nos recuerda que la vigilancia cristiana consiste en dar frutos según los dones que cada uno ha recibido mientras espera el retorno de Cristo. La parábola pretende exhortar a sus lectores a que aprovechen el tiempo presente mientras esperan sin miedo el juicio futuro. Hay que leer esta parábola desde la perspectiva de la fe en Jesús.
En el esquema de la parábola de los talentos, Jesús presenta dos actitudes contrapuestas. Por una parte, la del hombre que ha descubierto sus talentos y se arriesga y trabaja por la construcción del Reino de Dios. Por otra parte, vemos la actitud del perezoso que no es capaz de ver sus talentos y los entierra. Uno de sus personajes principales es el amo que se demora y retorna después de mucho tiempo, dejando así en evidencia el comportamiento de sus distintos criados. Así la realidad descubre lo acertado o no del comportamiento de los otros. Con esto el evangelista Mateo está insistiendo en que el Señor tarda en volver, pero su regreso es tan seguro como imprevisible.

Parábola de los talentos, una lección sobre los miedos

Podríamos decir que la parábola de los talentos es una lección sobre los dos miedos que hay en nosotros: un miedo bueno y otro malo. Lo esencial no es quedarnos en el miedo sino ver el dialogo del amo con el tercer criado, el asustado: “Señor, te conozco bien y tuve miedo; me fui a esconder en tierra lo que me habías confiado”. El drama parte de que no conocía bien a su amo. Y cae en el miedo malo, el que paraliza, el que lleva a las trincheras de la propia seguridad. Entonces se esconden los talentos personales y la vida languidece. Para el cristiano el único miedo posible es el de no hacer fructificar “los talentos” recibidos. Porque esperar el Reino de Dios es trabajar para que se realice. El servidor que escondió su talento representa al flojo, al indiferente que coloca su fe entre los recuerdos de familia, al cobarde que nunca se arriesga a tomar iniciativas útiles par todos. Además desde la experiencia personal profunda sentimos que la vida que se retiene egoístamente no es vida, es vida cuando se da. Sólo si aceptamos que el amo de esta historia es Cristo entenderemos a qué tipo de juicio nos veremos sometidos. Sólo así caeremos en la cuenta de que él no exige sin antes dar con abundancia. Sólo así dejaremos el miedo y viviremos el presente con el deseo de responder a la confianza que el Señor ha depositado en nosotros.

AYUDANOS CRISTO A RECONOCER NUESTROS TALENTOS

Ayúdanos, Cristo, Jesús a reconocer los bienes recibidos:
tuyo es nuestro cuerpo, su fuerza, su salud;
tuya la inteligencia, su habilidad y buen juicio;
tuya es nuestra memoria e imaginación creadora;
tuya es la voluntad de bien, y su capacidad amorosa;
tuya es la llamada a la fraternidad universal;
tuya es la voz y el esfuerzo de los profetas y soñadores;
tuya es la confianza, el amor, la esperanza en el progreso;
tuya es la Palabra de vida que recordamos y revivimos;
tuya es esta comunidad de hermanos dados por el Padre.


ANGEL GARCIA RODRIGUEZ
Trinitario

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